viernes, 9 de marzo de 2007

Se acaba el festival "Maestros en Guitarra"

Hoy viernes tendrá lugar el último concierto del festival con la actuación de los hermanos Assad. El festival concluirá mañana con la Masterclass que los brasileños dan mañana. Aprovecho que no puedo asistir esta noche al concierto para hacer un breve resumen y evaluación de la décima edición de este acontecimiento.



El festival no creo que pueda presumir este año de haber sido un gran éxito, ya que habiendo un gran cartel han habido detalles importantes que no le permiten ostentar este apelativo. Una consideración importante es el precio de las entradas. Durante los años que el festival había existido se había caracterizado por tener unos precios populares que subían en los conciertos que se realizaban en la sala sinfónica. Este año todos se han hecho en la sala de cámara y el precio de los mismos era de 24 €. Esto ha hecho que el ritmo de venta de entradas haya sido bastante menor que otros años, no registrándose el lleno en los conciertos. Este aumento de precio ha reducido la presencia de jóvenes guitarristas del conservatorio que solían abarrotar con entusiasmo las butacas.

El festival comenzó con el concierto esperadísimo de Manolo Sanlúcar. Todo un mounstro de guitarrista pero que ha dejado un sabor muy amargo (sabor que está de moda en las islas últimamente, jaja). Su actitud en el concierto fue deplorable y la muestra más clara, es que después de un concierto musicalmente muy bueno el público aplaudió sin dudas pero tampoco las tuvo al irse sin pedir un bis. Concierto breve pero intenso.

El martes actuó Pat Martino, un gran maestro del jazz que vino flanqueado por tres buenos músicos. Un concierto que estuvo en general muy bien y que como defecto se le puede acusar de una extrema linealidad. Actuación muy académica por parte del guitarrista que no descánsó ni para secarse el sudor. Un placer haber visto a Rick Germanson (piano) y a Vic Stevens (batería). Dos músicos que estuvieron espectaculares. Demostraron gran talento y una variedad de recursos casi infinita.

El miércoles el australiano Tommy Emmanuel se convirtió en el héroe del festival salvo sorpresa, poco probable, de los hermanos Assad en el día de hoy. Nos brindó un auténtico show. Demostró como un músico puede convertir las carencias académicas en una ventaja. Lejos de estar atado por la técnica de la educación musical nos enseñó las cosas que hay dentro de una guitarra que no conocemos. Estuvo muy cercano y comunicativo y demostró que sabe manejar a la perfección los ritmos de un concierto evitando que el mismo cayera del climax con el que había empezado la primera media hora. Cuando era pequeño me fascinaba como un organo electrónico que no parecía un alarde de tecnología imitaba los sonidos de infinitos instrumentos y durante el concierto del pasado miércoles creí escuchar djembes, cajas flamencas, darbukas, arpas, pianos, guitarras... pero lo más curioso es que solo había una persona en el escenario con un solo instrumento, una guitarra que por apariencia podía parecer esa que se viene conmigo a los asaderos, aunque la mía siendo más mala se conserva mejor en apariencia. Sencillamente un placer el haber visto el que creo que ha sido uno de los mejores conciertos de los siete festivales que he tenido posibilidad de asistir. A quién no lo conozca le animo a que se adentre en su propuesta. Les dejo un link de un vídeo de youtube que siendo largo está bastante bien, ya que se observan muchos de los registros que presentó en el concierto del otro día. Desde un booguie, pasando por reaggue, ritmos melódicos, sonidos tribales de los aborígenes australianos así como clásicos como Blue Moon, Lady Madonna, Michelle, Day Tripper, Somewhere over the rainbow y algunos más. Durante el concierto participó Lizzie Watkins, cantante que en la actualidad le acompaña en sus giras y que cantó cuatro canciones el otro día. Les a nimo a sentarse y ver el vídeo íntegro.

Para hoy nos queda los hermanos Assad, un plato que ya hemos digerido con gusto otros años y que sabemos de su certificada calidad. Quizás esto nos hace pedir que para futuras ediciones nos sorprendan con algún músico nuevo en el área de la guitarra clásica que parece que en los últimos años hay algunos que ya se han aficancado en Las Palmas y deberían ser temporalmente nombrados afilarmónicas.

Un abrazo a todos y esperemos que la undécima edición corriga los pequeños errores que ha tenido esta.

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