Kiko Veneno y Raimundo Amador reyes de la fiesta.

Esta semana pasada el jueves y viernes tocaron en el CICCA Kiko Veneno y Raimundo Amador. Más que un concierto nos permitieron asistir a una fiesta privada. Más de tres horas de concierto en el que todos los músicos presentes consiguieron transmitir el ambiente festivo de una ocasión tan especial.

Un servidor tuvo la oportunidad de ir el jueves y se sorprendió al encontrarse un público completamente entregado y predispuesto a lo que fuera a pasar. Primero salió Kiko Veneno que actuó durante más de una hora. Estuvo genial, muy cercano a todos y con una chispa de humor que nos dió grandes momentos de risa, intercalados entre gran cantidad de clásicos y canciones del disco "El hombre invisible". Que concierto puede ir mal cuando se empieza con el Blues de Memphis... Realmente estuvo muy bien, incluso bastante mejor que en su último concierto en el paraninfo de la universidad hace dos años.

Luego le llegó el turno a Raimundo Amador que después de un parón de 15 minutos para ajustes de sonido, empezó a tocar con un público que tenía que volver a coger el ritmo que antes habían tenido. Raimundo se centró sobre todo en su época de Pata Negra. Con una banda casi familiar con su hija y sus sobrinos incluidos en el espectáculo le metió bastante caña a su mezcla de blues, flamenco, reagge... Raimundo y fusión son dos palabras que siempre van juntas. Tuvo incluso tiempo para tocar dos bulerías que por supuesto fueron bien recibidas por un público que demostraba que llegar al trabajo al día siguiente con legañas le daba realmente igual.

Y por último lo más esperado, los dos juntos. Nos recordaron a sus tiempos de Veneno y acabaron con un gran climax con "Volando voy" con la colaboración del siempre presente Arístides Moreno. Un tema que bien podía pasar por una jam session o incluso más por una fiesta. Incluso Arístides estuvo de espalda al público, copa en mano, durantes más de cuatro minutos. Sinceramente creo que estaba tan a gusto tocando con ellos que primaba eso más que el público. Algunos echamos de menos algún clásico como Joselito o nuestro querido mercedes blanco, pero da igual. De agradecer la entrega de ambos músicos, así da gusto pagar por una entrada.

Resumiendo, decirles que ha sido un concierto brutal, y que han demostrado el poder de un gran directo. Cuando uno se entrega y se muestra cercano hasta los fallos en determinadas canciones son despreciables para el público.

Todo un contraste con el concierto que ofreció el viernes en el festival de guitarra Manolo Sanlúcar. Un músico extraordinario pero que llegó a crear tensión en un público incómodo a ratos por sus quejas y parones por culpa del frío, así como por las reprobaciones públicas a sus músicos. La agilidad de su mano izquierda para tocar la guitarra, contrasta con la poca utilización de la misma para resolver conflictos. Todo ello no quita que realmente sea un compositor y un guitarrista espectacular, lleno de matices y con un amor profundo por su trabajo y por su cultura que si que supo transmitir a los presentes en la sala de cámara del Auditorio Alfredo Kraus.

Pues nada esta semana nos queda los conciertos de Pat Martino mañana, el miércoles de Tommy Emmanuel y ya el viernes los hermanos Assad. Una semana intensa la que se nos viene encima.

Un abrazo a todos.